Por: Jorge Mejía Martínez

Lo que mal empieza, mal termina. El actual gobierno de Antioquia CONTINUÓ el proyecto Pescadero Ituango con un golpe bajo a EPM mediante la toma hostil de la mayoría accionaria a través del IDEA cuyo gerente, para cañar, no tuvo empacho en poner a tambalear la entidad que es pública, orgullo del territorio. Parece que el Doctor Álvaro Vasquez no ha logrado trazar una clara línea divisoria entre manejar empresas del patrimonio oficial y empresas del patrimonio familiar. Ahora, el gobierno departamental y el IDEA se encuentran en el peor de los mundos con su obstinación de feriar el proyecto estratégico de Antioquia, de más de 2.500 millones de dólares, en una apresurada y riesgosa subasta entre siete ofertantes – 6 extranjeros- en aras de conseguir la liquidez necesaria para evitar su colapso financiero. El IDEA puede arrastrar hacia el abismo a la gobernación de Antioquia.

El peor de los mundos es cualquiera de los únicos dos escenarios posibles: que la subasta la gane EPM con lo cual vale la pregunta de si se justificó tanto desgaste para llegar a la mejor y conveniente salida o que la subasta le entregue a una empresa asiática o brasilera la construcción y operación durante tres o cuatro décadas del patrimonio estratégico y público de Antioquia. En este caso, la insinuación cruda de Juan Gomez Martínez a Luis Alfredo Ramos, para que no cometa “un crimen de lesa patria”, cobra vuelo. Independientemente del desenlace, el gobierno departamental va a salir maltrecho de la aventura. Nada distinto puede esperarse cuando reina la improvisación y la presión negativa de los antecedentes. Las cifras de los precarios estados financieros del IDEA, son malas consejeras para tomar decisiones. Si de responsabilidad pública se trata.

Alrededor de Pescadero Ituango las posturas son muy claras: ¿feriamos irresponsablemente el patrimonio público y estratégico de los antioqueños? y ¿Cuál es el papel de la portentosa EPM en la financiación, construcción y operación de Hidroituango? Ni más ni menos. El señor gobernador de Antioquia y el señor gerente del IDEA se han dedicado a descalificar –el gerente a intimidar con demandas- los argumentos que, desde todos lados, llaman la atención sobre lo inconveniente del rumbo tomado con el proyecto. Sus respuestas no pasan de señalar que son argumentos que provienen de los “viudos del poder”. Pero resulta que la “gavilla” está compuesta por los periódicos El Tiempo, portafolio, El Colombiano y El MUNDO; los ex gobernadores Juan Gómez Martínez, Aníbal Gaviria Correa y Eugenio Prieto Soto; el ex alcalde de Medellín Luis Pérez Gutiérrez y el alcalde actual Alonso Salazar Jaramillo; la Cámara de Comercio, etc. Etc.

La mayoría de la Asamblea departamental negó una moción de felicitación al Gerente y le exigió no comprometer un solo peso más en el proyecto ante la estrechez financiera de la institución a su cargo. El diputado Cesar Pérez García estuvo en la primera página de los periódicos por su juicioso y critico análisis sobre la situación contable del IDEA. Algún jalón de orejas hubo después, porque expidió otro comunicado colmando de loas al gobierno departamental, incluso con mentiras, como la de decir que Pescadero Ituango es solo obra de la administración actual, con escasos dos años de ejercicio. Los diputados mataron el tigre y se asustaron con el cuero porque no fueron capaces de defender el roll de EPM. La mayoría se tragó el cuento de que EPM es Medellín y no Antioquia. Efectos de la hostilidad que no se redujo a la compra de unas acciones con onerosos sobrecostos para apabullar a EPM, la empresa estandarte de los antioqueños y de los colombianos.

El Alcalde de Medellín acaba de reiterar su disposición para comprometer a EPM en la financiación, construcción y operación de Hidroituango, además de considerar la solicitud de una prima para salvar al IDEA. Todo está dado. Todavía es posible retornar a la sensatez, suspendiendo lo que en todas partes ya se conoce como la subasta perversa. Ojalá no haya que lamentar “un crimen de lesa patria”, en palabras de Juan Gómez Martínez. ¿Lo demandarán?