Esta será una semana de mucho tire y afloje y de mucha polarización, especialmente entre las campañas de Gustavo Petro y de Federico Gutiérrez. Aunque Rodolfo Hernández se convirtió en el personaje de la semana, gracias al incremento del porcentaje en la intención de voto en las últimas encuestas, dejando muy abajo a Sergio Fajardo y acercándosele a Gutiérrez. No obstante, la atención de los medios, que influyen notoriamente en la orientación del voto útil, sigue fija en los candidatos de la punta.
Según Milany Andrea Gómez, especialista en Marketing Político, las encuestas muestran un aproximado que no debe ser soslayado por los candidatos, sus campañas y sus seguidores que no son favorecidos por ellas. Gómez cree que el resultado del domingo, 29 de mayo de 2022, va a ser muy parecido al que muestran las recientes encuestas del Centro Nacional de Consultoría, Invamer y Guarumo y EcoAnalítica, incluso teniendo en cuenta el margen de error entre 1.5% y 4.5%, entre una y otra encuesta.
“Por eso va a ser una semana dura, importante para las estrategias políticas, particularmente de los equipos de Gustavo Petro, Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández”, dijo la Especialista en Marketing Político en Sinergia Informativa.
Respecto de Sergio Fajardo, afirma que se estancó porque, contrario a lo que pretende con su discurso de centro, la ciudadanía no quiere estar en la mitad: quiere posiciones firmes y contundentes, que riñen con su criticada “tibieza”.
“Fajardo no sacará más de un 10% de la votación”, afirma.
Respecto de las esperadas propuestas, Milany Andrea Gómez plantea que la gente no piensa tanto en eso: prefiere las emociones que generan las campañas de desprestigio contra Gustavo Petro, alrededor de los temas económicos que se relacionan con “expropiación” y “democratización”, y contra Federico Gutiérrez, alrededor de temas de seguridad que se relacionan con “continuismo” y compañías non sanctas. En el caso de Rodolfo Hernández, su discurso populista alrededor de la “corrupción” y la “ladronera” también le genera réditos en la intención de voto, aunque no diga nunca cómo podrá cumplir con su propósito “redentor”.
En todo caso -dice Milany Andrea Gómez- aunque la gente no crea en las encuestas y sí en lo que le conviene, la tendencia está marcada.
“Negar que hay una intención de voto es tapar el sol con un dedo”, sentencia.