German Enrique Reyes Forero

“Tanto la Fiscalía como la IV Brigada y el CTI por fin van a investigar a varios integrantes de los partidos políticos, Polo Democrático, Alianza Social Indígena, Partido Comunista (…) a varios de los miembros de ONG defensoras de Derechos Humanos y Sindicatos, por su colaboración con la guerrilla de las Farc.  A todo marrano se le llega el sábado”.

Raúl E. Tamayo Gaviria, Periódico El Colombiano, 16 de mayo de 2009

Si no fuera por la secuencia de moda, que unos señalan y otros accionan el gatillo como forma de acallar a los que nos hemos opuesto a este régimen, el chiste de uno de los dueños o de la familia del periódico El Colombiano deberíamos dejarlo pasar sin ningún tipo de comentario.  Me refiero a Raúl Tamayo Gaviria, columnista fijo del periódico El Colombiano de la ciudad de Medellín, los días sábados, quien, con singulares chistes a manera de preámbulo, comenta algunos acontecimientos del ámbito político desde su óptica ultraconservadora.

Sobre la denuncia que apareció en el portal del Instituto Popular de Capacitación -IPC- (http://www.ipc.org.co/page/) el pasado 12 de mayo de 2009, este columnista maliciosamente la quiso presentar como proveniente de una “agencia de noticias”, ante todo para celebrar con alborozo la posibilidad de ver judicializados, acallados o doblegados al Polo Democrático Alternativo, sindicatos y ONG defensoras de Derechos Humanos, por supuestos nexos con las FARC.  “A todo marrano se le llega su sábado” fue la expresión de júbilo del chistoso Raúl.  Salvo que esta vez arrió con la Alianza Social Indígena –ASI- en su única pretensión de atacar por otro flanco al Alcalde de Medellín, Alonso Salazar, y a quien, despectivamente, llama “el de los cachumbos” (ex alcalde Sergio Fajardo).  “Por fin”, dijo, la Fiscalía, el CTI y la IV Brigada van a investigar al POLO.  Ha sido su cantaleta.  Al opositor hay que sacarlo de la contienda con cualquier táctica o marrulla.  Ha sido la historia de los últimos sesenta años, de negar por vías legales e ilegales cualquier atisbo a quienes se atraviesen a los malévolos propósitos de los apoltronados en el poder.

Esa “agencia de noticias” a la que el versado o curtido periodista Tamayo Gaviria quiso colocar como fuente de su malévola intención (por fin veremos a los del POLO judicializados), sabe que no es una oficina repartidora o vendedora de información, sino un prestigioso centro de investigación que tanto dolor de cabeza y rabietas ha provocado a Uribe por sus sesudos estudios de esta raquítica democracia o de Estado Mafioso, conocidos aquí y ampliamente difundidos en el exterior.  Son parte de esas organizaciones u ONG, periodistas o medios de comunicación, que han sabido destapar ollas que provocan “hedor”, en palabras del propio Fiscal General, de lo que ha sido esta horrorosa violencia que ha mantenido un pueblo por fuera de la democracia, la paz y la convivencia, pero con áulicos en los medios de comunicación pretendiendo demostrar lo contrario.

Al sol no lo pueden tapar con las manos, así todo lo que denunciemos lo tilden algunos editorialistas de injuria y calumnia; “yo no entiendo para qué piden transmisión por televisión los gavilleros de la oposición [exclama “Jus Gentium” Tamayo Gaviria] si cada vez que los vemos (…) les conocemos más sus perversas mentiras y actuaciones”, son parte de las graciosas o chistosas afirmaciones de su acostumbrada columna.  Los resultados están a la vista; decenas de congresistas, gobernantes, políticos, militares, ex directores del DAS, Fiscalía Seccional de Antioquia y hasta empresarios judicializados e, incluso, condenados, como demostración de nuestras denuncias.

El pasado 13 de mayo, en sesión plenaria de la Cámara de Representantes y en mi calidad de Presidente de la Comisión de Derechos Humanos, dejé constancia en los siguientes términos, en relación con los hechos denunciados por el IPC:

Listados, señalamientos y falsas imputaciones como estas, han sido el origen de centenares de muertes, desplazamientos, exilios, ejecuciones extrajudiciales; cabeza de procesos que mantienen a centenares de luchadores sociales en las cárceles quienes, al recuperar su libertad, enfrentan al Estado con costosas demandas; son el condimento para que mentes irracionales como los paramilitares hayan cometido horrendos crímenes; son los fundamentos de los que toma atenta nota la comunidad internacional para provocar innumerables rechazos que tanta molestia causan al Gobierno; son la imagen del terror y permanente violación a los derechos humanos que acusan desde el exterior al mal llamado gobierno de la Seguridad Democrática.

En buena hora, a rechazos como éste, el día 15 de mayo se sumó el Concejo de Medellín y vendrán otros, incluyendo los de la comunidad internacional, antes que llegue a las cárceles o a los cementerios esa dirigencia señalada.