Investigadores de IrsiCaixa y del Departamento de Salud de Cataluña (España), en colaboración con DENTAID Research Center, confirman que el Cloruro de Cetilpiridinio (CPC), componente químico que está presente en algunos enjuagues bucales, reduce más de 1.000 veces la capacidad de infección del COVID-19.
Kerenmy Viviana Morales, odontóloga especialista en Periodoncia y Medicina Oral, confirmó en Sinergia Informativa dicha información, asegurando que la molécula del CPC actúa sobre la capa que recubre el virus y destruye e inactiva su capacidad de infección.
“Es muy importante porque si un paciente es asintomático y, por tanto, no sabe que está contagiado con el coronavirus, no contagiará a quien se exponga ante él. Ahora, eso es lo que debe quedar claro, no que ingiriendo enjuague bucal quedará eliminado el virus. Debe continuarse con las recomendaciones del uso permanente del tapabocas, lavado de manos, distanciamiento social y, de acuerdo con estos estudios publicados en julio en la revista científica Journal of Dental Research, con un buen cuidado de la salud bucal, haciendo uso del cepillo de dientes de tres a cuatro veces al día y de enjuague bucal de dos a tres veces al día”, insistió Kerenmy Viviana Morales en Sinergia Informativa.
Los investigadores de IrsiCaixa manifiestan su preocupación porque las nuevas variantes del SARS-CoV-2 pueden comprometer la inmunidad de rebaño, al aumentarse la transmisión del virus, lo cual le da mayor importancia al descubrimiento del valor del Cloruro de Cetilpiridinio en la salud bucal.
La odontóloga Kerenmy Viviana Morales insiste en que los enjuagues bucales no sólo son muy útiles para reducir la velocidad de transmisión de las variantes del COVID-19, sino para la prevención de enfermedades sistémicas, como las cardiovasculares y la diabetes, porque, definitivamente, disminuyen la carga de microorganismos como bacterias, virus y hongos.