Por: Edwin Alejandro Franco Santamaría
Hace unas semanas me referí a la buena noticia de que se avecinaban varios eventos deportivos como la Copa América, el Tour de Francia y los Juegos Olímpicos de Río 2016 que podrían permitirnos olvidarnos de tanto asunto trillado (proceso de paz, reforma tributaria, etc.) y de tantas cosas y personas indeseables y creo en verdad todos estos importantes eventos deportivos han servido para eso, pero también para hacernos sentir la piel de gallina, taquicardia, susto, emoción y alegría de ver a quienes, como lo he dicho en varias ocasiones, junto con los artistas, son un orgullo nacional, son nuestros mejores embajadores: los deportistas.
Con ocasión de los Juegos Olímpicos que se están llevando a cabo en Río de Janeiro (2016), respecto de los deportistas nacionales, se ha podido ver cómo ha progresado y avanzado no tanto el deporte colombiano como quienes lo practican en distintas disciplinas: halterofilia (levantamiento de pesas), boxeo, ciclismo, natación, BMX (el que practica Mariana Pajón), entre otros, y digo que es más el mérito de cada uno de estos deportistas porque muchos de ellos han hecho sus carreras a punta de esfuerzos, de fracasos, de necesidades, de vocación, de constancia, pero sobre todo, de creer en ellos mismos. Nadie discute que a nivel institucional, público o privado, ha habido apoyo y se la han jugado por algunas disciplinas deportivas que tienen historia en Colombia como el fútbol y el ciclismo, pero en otros deportes los esfuerzos y por ende los logros han sido fruto de unos pocos, la ayuda llega cuando ya el deportista da muestras de triunfo, y aun así, a veces, la ayuda es mínima. Por ejemplo, el domingo pasado el boxeador antioqueño, Yuberjen Martínez, en la categoría de 49 kilogramos, ganó medalla de plata en los olímpicos de Río 2016 y en una entrevista que dio días antes manifestó que le interesaba ganar la medalla de oro porque con el dinero que le darían por el triunfo le compraría una casa a su mamá, adicional a ello, el día que compitió por la medalla de oro, varios medios de comunicación se trasladaron a Chigorodó (Ant.), donde vive con su familia y fácilmente se pudo advertir que es una familia que carece de muchas cosas y que su carrera la ha hecho a solas. Luego de terminar la pelea un periodista de Caracol Televisión le dio la buena nueva de que la Ministra de Vivienda le mandaba decir que la casa para su mamá estaba asegurada. Acto de oportunismo político?, de subirse al tren cuando este lleva buena marcha?, reconocimiento de la falta de ayuda estatal para salir adelante en el boxeo?, yo creo que las tres preguntas merecen respuesta afirmativa. Pensaría uno que es inconcebible que un ¡deportista olímpico!, que ha hecho del deporte su forma de vida, que además representa el país en unos juegos olímpicos debiera de tener resueltas cosas tan importantes como una vivienda y no tener que mostrarse en un certamen de esta naturaleza para hacerse conocido y ganarse una casa. Se la habría dado el gobierno si no se hubiera hecho a una medalla olímpica?
No sé cuántas iniciativas legislativas se han tramitado en el congreso, pero creo que sí ha habido alguna en la que se ha propuesto que los medallistas olímpicos reciban una ayuda económica al estilo de una pensión por el resto de sus vidas como reconocimiento a lo que han hecho y a que en muchas ocasiones les toca salir adelante prácticamente solos, agregaría yo. Lastimosamente dicha propuesta no ha cuajado, debería retomarse. Esta propuesta podría consistir en que se les diera una suma mensual y se les pidiera que durante determinado tiempo entrenaran y formaran otros deportistas para buscar resultados iguales a los conseguidos por ellos; o también, que a partir de determinada edad se harían acreedores a dicha remuneración, igualmente vitalicia. Como dijo el medallista de oro, Oscar Figueroa, que eran 22 años de su vida dedicados a las pesas, que es básicamente lo que trabaja alguien para jubilarse, de sobra que tienen derecho. Además, quedan con pensión vitalicia los expresidentes, muchos de ellos culpables de muchos de los males de este país, ahora deportistas que no han dado sino gloria, tienen mucho más mérito y más derecho.
Otro tema en el que debiera avanzarse es en la creación de un ministerio del deporte, no es lo mismo que tener a Coldeportes, una institución dedicada a patrocinar el deporte con rango de ministerio es mucho más ventajoso desde todo punto de vista, como sucede en otros países y los resultados saltan a la vista.