La familia de Efraín Maldonado, a quien el alcalde de Medellín, Alonso Salazar Jaramillo señalara con los alias de “Don Efra”, “El Viejo” y “El Cabo” de ser el jefe de bandas en las comunas 8 y 9 de Medellín, y quien fuera asesinado el jueves, 10 de noviembre, dio a conocer un comunicado en el que honran el nombre del líder cívico y expresan el temor por sus vidas, como consecuencia de dichos señalamientos.

El siguiente es el texto completo del Comunicado:

COMUNICADO A LA OPINION PUBLICA.

Ante el homicidio de mi padre  Efraín Maldonado, ocurrido el pasado jueves, 10 de noviembre, mi familia y yo queremos hacer las siguientes aclaraciones:

Mi padre era un hombre justo, un líder de gran valor para la ciudad, un buen ciudadano, un demócrata, un dirigente cívico que decidió dedicar su vida al servicio de los demás, un ejemplo para todos los líderes comunitarios de la ciudad y del país, y un padre ejemplar.

Mi padre no tiene y nunca tuvo ninguna investigación en la Fiscalía General de la Nación, y  en los  organismos judiciales de nuestro país no se presentaba ningún proceso en su contra.

Es una infamia que la primera autoridad administrativa de Medellín lo haya hecho aparecer como “ilegal” sin ningún fundamento jurídico y probatorio. El Alcalde Alonso Salazar construyó una comedia política utilizando y pisoteando el buen nombre, honra y el perfil de mi padre y  de mi familia.

La campaña dolosa e irresponsable que el alcalde inició contra él, lo llenaban de temores porque su vida corría peligro, y todo por no compartir los ideales políticos e intereses electorales del Alcalde, quien no comprendió que la esencia de la democracia es la libertad de elegir y el derecho a disentir. El Alcalde no entendió que la diversidad es fundamento de la democracia.

El día de su homicidio,  mi padre y sus abogados tenían concertada una cita con la  Dirección Seccional de Fiscalías de Medellín, cita aplazada en varias ocasiones por la fiscalía, para dar a conocer los temores sobre su vida y dar a conocer la persecución que el Alcalde había emprendido en contra de él. Pero no lo dejaron llegar vivo a la cita. En la Fiscalía sus abogados y yo dejamos declaraciones de que mi padre era una persona de bien, pero que se sentía acosado y perjudicado por el alcalde, temiendo por su vida. En la reunión con la Fiscalía iba mi padre por medio de sus abogados a comentar que  permanentemente temía que por culpa del Alcalde y como consecuencia de las falsas imputaciones del mismo, ocurriera algo contra su vida o la de su familia. Mi padre comentó en varias ocasiones a sus abogados  que el Alcalde le había hecho llegar el mensaje de que no descansaría hasta que acabara con él.

En efecto, nosotros creemos que las declaraciones dolosas e  irresponsables del Alcalde en los diferentes medios de comunicación que se prestaron para su juego, señalándolo como jefe de bandas criminales en la ciudad de Medellín, fueron la causa de sus males. Esas  declaraciones y esa campaña lo convirtieron en objetivo militar dentro del conflicto armado que se vive en nuestra Ciudad. Mi padre temía por su vida y por las de todos nosotros, porque conocía, según él, muy bien al Alcalde y conocía sus alcances en todas las Comunas de la ciudad y en todas las esferas de las mismas. Ahora nosotros hacemos público el temor de que seamos víctimas de ataques a nuestra integridad física y moral.

Ciertamente mi padre fue uno de los desmovilizados del Bloque “Héroes de Granada”, pero desde su reincorporación a la sociedad y a la vida constitucional del país, se caracterizó por su buena conducta y denodado compromiso por la comunidad, desde la legalidad. De hecho, fue reconocido y condecorado por el Municipio de Medellín con la Medalla al Mérito Cívico, asistía a todos los programas de reinserción de la Alcaldía y hacia parte de la corporación Miraflores que obtenía contratación por medio del presupuesto participativo con la actual Administración del Alcalde Alonso Salazar. Fue el mejor padre, un hombre íntegro y un líder comunitario con gran vocación de servicio que creó clubes deportivos y ayudaba a la juventud a enrutarse por el buen camino.

Desde la próxima semana procederemos a emplear todas las herramientas legales en contra de la Alcaldía de Medellín, el Alcalde Alonso Salazar y todos los medios de comunicación que se prestaron para sus propósitos, y estamos dispuestos a defender el buen nombre y honra de mi padre para que la historia de la ciudad lo recuerde como él era, un ciudadano de bien.

Por tales motivos hago un llamado al Gobierno Nacional para recibir protección por cualquier atentado que pueda llegar a ocurrir contra la integridad y vida de mi familia y de los abogados de mi padre, y responsabilizo de manera directa al Alcalde Alonso Salazar por la ocurrencia de las mismas.

En nombre de mi familia, quiero dejar constancia pública de que el nombre y honra de mi padre fueron calumniados, cometiéndose una gravísima infamia con él. Ahora tememos por nuestras vidas, y esperamos que la Fiscalía General de la Nación encuentre a los responsables de esta tragedia, y las autoridades competentes certifiquen la buena conducta de mi padre y, en consecuencia, su buen nombre y honra sean rectificados públicamente por parte de la Alcaldía de Medellín, el Alcalde Alonso Salazar, los periódicos El Colombiano y El Mundo y los demás medios de comunicación que se prestaron irresponsablemente para el juego del Alcalde, que dieron crédito sin confirmación y sin ningún fundamento probatorio y jurídico a las infamias del Alcalde, de la misma manera como fue manchado. Una cosa son los deberes y obligaciones de los gobernantes, la libertad de expresión de los medios de comunicación, y otra muy diferente la persecución política. Para ello, esperamos que todos los medios de comunicación den a conocer esta realidad.

 

Atentamente,

 

 

Nathacha Maldonado Ortiz                                                           Surany Arboleda Arias

C.C. 1037583850                                                                       T.P 197626 del C.S de la Judicatura