Por: Diego Calle Pérez
Medellín se referencia a nivel internacional por tener el desfile de silleteros que este año celebra 60 años de tradición. Aunque muchos se imaginan que las flores de las silletas son cultivadas en el corregimiento de Santa Elena, su producción es en el otro corregimiento al occidente de la ciudad llamado San Cristóbal. La ciudad termina otra versión de las fiestas de las flores con tablados, festivales de música de parranda, desfiles de carros clásicos, bandas y orquestas hasta la madrugada.
Medellín la ciudad que tiene nomenclatura con nombre de calles, avenidas y carreras, que para llegar a un sitio, mejor diga: “colombia con avenida oriental” y no la calle 50 con la carrera 46. Medellín que ha hecho homenajes a sus países vecinos con el nombre de calle Perú, Bolivia, Maracaibo, Caracas y Argentina, y todas llegan al Parque del Barrio Boston.
Medellín con urbanizaciones tan tradicionales en los barrios como Carlos E. Restrepo, la Nueva Villa de Aburrá, Altamira, Rafael Uribe Uribe. Algunos barrios que son iconos de ciudad, como Buenos Aires y barrios que todavía conservan aire de tango, como escribiera el grande de la tierra Manuel Mejía Vallejo. La Milagrosa, Villa Hermosa, conservan ambiente de pueblo en la ciudad que habla de flores en la Placita que lleva su nombre.
Medellín que avanza tan rápido como la tecnología del celular, construye grandes urbanizaciones en sus laderas, muchas empinadas y con doble calzada como subiendo las palmas que no se sabe si es calle, avenida o autopista. Urbanizaciones que se salen de las normas de construcción como el caso de las fallidas torres en la nomenclatura que registra como del barrio el poblado.
Medellín todavía conserva un ambiente como de pueblo y de gran urbe que muchos la quieren vender como metrópoli, sin contar que es la ciudad centro de municipios vecinos que la tienen como referente para crecer y avanzar en los planes de desarrollo. Medellín mucho más que flores.