Por: Margarita María Restrepo
Uno de los principales compromisos del Centro Democrático con los ciudadanos es, precisamente, el de hacer lo que corresponda para mejorar los servicios de salud en nuestro país. Por eso, una de las primeras iniciativas parlamentarias de nuestra bancada en el Congreso consistió en presentar un proyecto de ley que busca brindarle nuevas y mejores herramientas al sistema general de salud.
Por incredulidad, algunos pensarán que el papel y la ley lo aguantan todo. Los niveles de escepticismo son cada vez más grandes por cuenta de la frustración que en los ciudadanos ha despertado el gobierno nacional, que no ha cumplido con buena parte de las promesas que hizo en los tiempos de campaña política.
En este caso, quiero hacer un llamado a dejar de lado la incredulidad porque esta ley, que acaba de llegar a la Cámara de Representantes para completar su ciclo legislativo, será, sin lugar a dudas, la tabla de salvación del sistema de salud de nuestro país.
Una vez esta norma sea aprobada y entre en vigor, el 70 por ciento de los recursos serán destinados al régimen subsidiado. Esto significa que habrá más dinero para cubrir las demandas y necesidades de salud de las poblaciones más pobres y más vulnerables.
Así mismo, se creará una red pública de salud en las zonas de difícil acceso de nuestra geografía, privilegiando a aquellos compatriotas que reciben un servicio deficiente. ¿Qué pretendemos? Que la cobertura sea lo mejor posible en aquellas áreas donde no hay pluralidad de oferentes. No queremos que siga habiendo puntos geográficos que reflejen una mala prestación en atención médica por déficit de EPS e IPS.
La crisis que hemos observado en algunas entidades e instituciones se origina por malas prácticas administrativas. Por eso, creemos que es deber del legislador implementar un programa de buenas prácticas que, además, vaya acompañado de una matriz de medición que incluya el mayor número de indicadores. Aquello será de gran utilidad para que los organismos que ejercen funciones de inspección, control y vigilancia puedan hacer su trabajo con elementos lo más objetivos posibles.
Pero además, aquellos indicadores deberán ser públicos para que los usuarios tengan oportunidad de conocer el estado real, en todos los aspectos, de las EPS e IPS del país.
Una de las principales falencias en el servicio de salud de nuestro país es el déficit de especialistas. Aquello, afecta profundamente la prestación de un servicio de salud con las calidades que requiere la población. Por eso, una de las normas más importantes que trae este proyecto de ley es la que incorpora la creación de un fondo de gestión de recursos para la financiación de becas de médicos que vayan a emprender estudios de especialización.
Igualmente, esta nueva ley le permitirá a las facultades de medicina debidamente acreditadas abrir nuevos cupos de especializaciones sin necesidad de hacer nada distinto que comunicarle oportunamente al ministerio de Educación. Sin necesidad de trámites engorrosos, ni de mayores trabas burocráticas, las universidades tendrán la capacidad de implementar un mayor número de cupos para satisfacer la demanda. Hoy, por ejemplo, para muchas especializaciones en las que se ofrecen 5 cupos, se presentan más de 200 aspirantes.
Cuando esta ley sea una realidad, la calidad de vida de todos nosotros mejorará sustancialmente. Un buen servicio de salud beneficia positivamente a las personas, mejora sus expectativas, amplía sus posibilidades y, sobre todo, facilita el desarrollo de una sociedad. Por eso, los invito muy cordialmente a que acompañen el proceso final de aprobación de esta norma que, les insisto, mejorará ostensiblemente el servicio de salud de todos los colombianos, particularmente el de los menos favorecidos.
