La reciente carta del excanciller Álvaro Leyva al presidente Gustavo Petro, no sólo es un llamado urgente a la reflexión, sino una denuncia de fondo sobre la crítica situación del mando presidencial en Colombia. Una denuncia dolorosa, sí, pero necesaria. En ella, Leyva —hombre de trayectoria, cercanía al poder y conocimiento profundo del Estado— revela con preocupación lo que muchos ya temíamos y lo que otros tantos han preferido callar: que el Jefe de Estado podría estar enfrentando problemas de adicción.
Ante un juez de control de garantías, la Fiscalía General de la Nación imputó cargos al exalcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, y a siete exfuncionarios de su administración por su presunta participación en la modificación irregular del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la Ciudad para restituir ilegalmente un lote