Por: Rodrigo Pareja

Los conservadores antioqueños, carentes ahora de recios y verdaderos líderes como en épocas pasadas, continúan “botando corriente”, como se suele decir coloquialmente, en la desesperada pero infructuosa búsqueda de un candidato a la gobernación de Antioquia.

El jueves 31, a instancias del empresario Augusto López Valencia, se reunirán en su exclusiva residencia campestre del sector de Llanogrande seis conservadores, un liberal y uno que era de la U, de los cuales saldrá finalmente el ungido para portar la candidatura a la gobernación y enfrentar por semejante trofeo al ex alcalde de Medellín y ex candidato a la vicepresidencia de la república, Sergio Fajardo Valderrama.

 

Y decimos que se seguirá con la botadera de corriente porque de ese intercambio de opiniones entre tintos, pasabocas y de pronto algún trago de exclusivo licor, no saldrá nada concreto.

Y no podrá salir porque la situación está muy clara: de acuerdo con los estatutos del partido conservador tiene que realizarse consulta cuando haya dos o más precandidatos, lo que se cumple en este momento con la inscripción formal de Sebastián Moreno y Roberto Hoyos Castaño, más la de Alvaro Vásquez Osorio, quien lo hará antes de que se venza el plazo fijado.

No podrá, pues, optarse por una aclamación, figura y fórmula buscada afanosamente por los Valencia Cossio para Juan Gómez Martínez, un hombre al que su partido le ha dado todos los honores y que ahora a los 77 años sólo aspira a vivir tranquilo y rodeado de respeto y admiración sus últimos años.

De todas maneras si el ex director de EL COLOMBIANO, ex gobernador de Antioquia, ex alcalde de Medellín, ex senador, ex ministro y ex diplomático accede a las presiones de los Valencia Cossio, tendrá que estar en la consulta y someterse, de pronto a una derrota que no merecería a esta altura de su existencia.

En ese cónclave van a estar Juan Gómez, Alvaro Vásquez , Oscar Darío Pérez, César Eugenio Martínez, Carlos Alberto Betancur, Roberto Hoyos, Sebastián Moreno y Carlos Ignacio Cuervo, y de pronto algunos integrantes de los cuerpos colegiados.

No es decir mentiras ni llamarse a engaño, afirmar que de esa nutrida lista sólo los dos primeros, y si acaso el tercero, tienen altura, catadura, empaque, trayectoria, nombre, reconocimiento, conocimiento y capacidad de conseguir votos que les den cierta certeza de triunfo en las elecciones de octubre.

Si hablamos del tercero y su remota posibilidad, es porque no está muy clara su situación dentro de su propio partido, luego de demandar la curul que Juan Diego Gómez, su copartidario, conquistó en las pasadas elecciones para la Cámara de Representantes.

Así que de esa reunión en Llanogrande, además de botar corriente y degustar algunas viandas y licores, lo único que puede salir es la confirmación de la consulta, entre uno o dos pesos pesados y otros que a duras penas sirven, por el momento, para rellenar el tarjetón.