Por: Augusto Posada Sánchez

Con la posesión del gobierno de unidad nacional en medio de una sesión del Congreso en pleno como lo manda la Constitución, los senadores y representantes a la Cámara tenemos que preguntarnos cuál será realmente nuestro papel en los próximos años. Colombia empieza a construir sobre unas bases vigorosas que dejó el presidente Álvaro Uribe, y los resultados no podemos exigírselos sólo al poder Ejecutivo, sino a la sinergia que logremos hacer con los demás poderes: el legislativo y el judicial.

 

Sobre el último, Santos ha mostrado grandes avances en las relaciones y él mismo y a través de su ministro del Interior Germán Vargas, ha dicho que cualquier paso que se dé en relación a la reforma de la justicia, será concertado con las Cortes y que se buscarán puntos medios para el bien de la patria. Sólo si hay una justicia operante, con herramientas y comprometida podremos castigar a los delincuentes y tener procesos justos que generen confianza.

En cuanto al Congreso, somos conscientes del importante papel que juegan quienes hacen las leyes en momentos como este: nuestra tarea será participar activamente en los procesos de modernización del Estado, buscando darle mayor institucionalidad a lo público y con más garantías para los ciudadanos.

Ganarnos la confianza de la gente será nuestra contribución a la unidad nacional porque cuando los ciudadanos creen en sus dirigentes, se concentran en producir y en generar las condiciones para crecer social y económicamente.

 

Este es un momento de quiebre muy importante para Colombia, está en nuestra manos sacarle provecho.