Contemplar la imagen del Medellín de antaño nos remite a nuestros padres y abuelos que en los “carros de bestia” transitaban por trochas y calles sin asfalto; en ese entonces los equinos se usaban para cargar personas, objetos, e incluso, hacer trasteos. No sólo eran transporte sino instrumento de trabajo.
Hoy esa imagen cambió; tenemos urbes desarrolladas, amplias avenidas y un abundante parque automotor. Esta transformación nos convoca a concebir a los animales en un sentido distinto: de compañía y respeto por todas las formas de vida, más que como objetos de utilidad para hombres y mujeres.
Es así como los 228 cocheros que hay en Medellín recibirán capacitación y acompañamiento por parte de varias secretarías de la Alcaldía, con el objeto de que mejoren su calidad de vida y cambien los vehículos de tracción animal por otros con un sistema mecánico, los cuales tienen un valor aproximado a los 7 millones de pesos. Para ello tendrán 5 millones de capital semilla y facilidades para financiar el dinero restante.
Los cocheros ganan con esta decisión de la Administración Municipal, sin embargo son los caballos, y en general, los animales los más beneficiados, pues la protección de sus derechos es el mayor logro. Medellín gana y se convierte, de esta manera, en pionera en el cuidado de los animales, además de ser la primera en ciudad en cumplir con la normatividad nacional para el cuidado y respeto por los animales.