Respecto de la polarización que sufre hoy el País, la psicóloga María Victoria Guerrero precisó en Sinergia Informativa la necesidad de trascender el tema político y centrarse en el comportamiento humano, para intentar entender porqué parece tan normal leer el odio de unos hacia otros, especialmente en redes sociales, al igual que cierta pugnacidad, aunque con menos virulencia, en grupos familiares, de amigos, de vecinos y de colegas.
Nuestra inquietud parte de la aparente ausencia de principios y valores que no les permite a unos respetar la opinión, las tendencias y los gustos ideológicos y políticos de los otros; no les concede ser tolerantes con los otros que están en el disenso; y no les evita llegar a posiciones tan radicales que suelen ser destructivas del honor, del buen nombre, de la dignidad y hasta de la vida del otro que piensa y quiere diferente.
La respuesta de María Victoria Guerrero es sencilla y esperanzadora, y se suma a esa ausencia de principios y valores que deben ser inculcados desde la familia:
“No estamos educando a nuestros hijos. No les estamos enseñando nada alrededor del pensamiento crítico para que sean capaces de analizar y entender qué es lo que escuchan, qué de razonable tiene, si es cierto, si es verdadero o falso… No los estamos orientando para que no se dejen arrastrar por el efecto de la manada. Todo lo que escuchan, ven o leen, lo creen; las noticias falsas, cargadas de escándalo, los indignan y sin verificar su procedencia y su veracidad, las replican”, explica.
María Victoria Guerrero dice que ese pensamiento crítico es demasiado fácil de poner en práctica en la actualidad, gracias a la cantidad de medios existentes para confirmar la información. Todavía guarda la fe en los periodistas, quienes, pese a la subjetividad, deben diferenciarse de los que emiten mensajes de odio polarizantes en redes sociales, entregando en sus medios información veraz, imparcial, oportuna, plural, precisa y exacta que dé claridad de lo que se afirma en redes sociales con la intención de ofender, herir, difamar, injuriar y calumniar al que está en la otra orilla del péndulo político.
“Los jóvenes son recipientes de la basura o de lo propositivo y bonito que les llegue por medios de comunicación y por redes sociales. Pero solo lo descubrirán y se quedarán con ello o lo desecharán si desarrollan el pensamiento crítico. E insisto, sólo lo harán dudando y verificando la información con varias fuentes. He aquí el papel importante de los periodistas serios y responsables que estén ahí cuando los busquen, pero no para imponer sino para instruir”, precisa la psicóloga Guerrero.
María Victoria Guerrero aclara que pese a la existencia de personas adictas a la tristeza, que buscan en medios y redes saciar ese sentimiento de tristeza; pese a la perversión de algunos que se acostumbraron a hablar de lo malo, de lo feo y de lo maluco; pese a esas personas tóxicas y negativas que solo buscan y gustan del punto negro y que se identifican por dañar procesos, hay esperanza de cambio en el comportamiento humano frente a temas públicos y políticos que deberían llevar a consensos cuando los argumentos así lo indican.
Plantea que debe persistir la esperanza del acompañamiento con educación y amor en la familia; de la escuela, inculcando normas y reglas; y de los medios de comunicación, informando bien y llamando al pensamiento crítico para que la verificación sea permanente, y estar de acuerdo o no, sea la opción, sin odio, ni resentimiento, ni la intención de hacerle daño al otro.