La vicepresidente de Colombia, Marta Lucía Ramírez, lamentó que sus enemigos políticos acudieran “a la bajeza” de atacarla con la historia de un hermano suyo que tuvo problemas con la justicia por tráfico de estupefacientes en 1997. Lamentó que pese a que se ha dedicado a su responsabilidad personal de “trabajar honestamente y sin descanso por Colombia”, los ataques contra su familia hacen parte de una estrategia sistemática para desacreditarla.
Mediante un comunicado, la Vicepresidente precisó lo ocurrido con su hermano Bernardo Ramírez, demostrando que, efectivamente, hay vileza en el mensaje puesto a circular hace unos días hablando del pago de una fianza de 150.000 dólares para evitar su ingreso en una prisión de Estados Unidos.
Este es el texto del comunicado:
“Mi familia, como desafortunadamente tantas otras en Colombia, sin distingo de clase social, vivió hace 23 años – en 1997 -, una tragedia derivada de que uno de mis hermanos, siendo muy joven, se involucró en un negocio fácil y, en consecuencia, fue acusado y condenado de conspiración por tráfico de estupefacientes.
Su error ha costado muchos años de sufrimiento a nuestra familia y a él.
Vivimos con mucho dolor su circunstancia, pero también lo acompañamos con el amor de hermanos, tal como lo hicieron mis padres, porque los lazos de la familia no desaparecen frente a la adversidad y la vergüenza.
Como la mayoría de los colombianos, he luchado con ahínco contra el narcotráfico, con la experiencia de saber que es una actividad que ha dañado la vida de millones de familias en Colombia.
Tuvimos que ayudarlo firmando una garantía, no una fianza, para asegurar que se presentaría a la justicia, como en efecto lo hizo acompañado de mi esposo y de mi, quienes lo llevamos a una corte de la Florida para que reconociera su falta y respondiera por ella.
Pagó pena de cárcel por 4 años y medio, y hace 18 años quedó en libertad por cumplimiento de la pena. Desde entonces, ha estado dedicado a trabajar, es un hombre de bien y junto a su familia, lleva una vida decente y honrada.
Esta experiencia familiar, que lamentablemente hemos vivido, me ha llevado a luchar sin descanso por lograr que los jóvenes de nuestro país tengan oportunidades y trabajen honestamente por salir adelante sin dejarse atraer por la tentación del dinero fácil.
De estos hechos he dado cabal información a las personas que en los diferentes momentos de mi vida laboral consideré que debían conocerlos. Son hechos obviamente ajenos a mí”.
Marta Lucía Ramírez dijo, finalmente, que “esa es la política que todos los colombianos rechazamos”.