Por: Diego Calle Pérez
El pensamiento político del ahora senador Álvaro Uribe Vélez varía tanto como etapa de ciclismo por Colombia. Los ideales de ser el señor supremo cada día arrasan con desgana en la desfachatez del abuso del poder, que se vive en un país sin poder avanzar en una Constitución que no se conoce. No se tiene claro un concepto posmoderno para asumir con rigor plural y social el proceso de paz.
Juan Manuel Santos avanza a pasos gigantes sobre un mar de especulaciones que solo desorientan desde el twitter del senador Uribe, que hace las veces de jefe de debate de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia FARC-EP, mientras se cruzan soldados y guerrilleros por los territorios que muchos desconocemos, mientras se hacen los diálogos en la Cuba de la Nueva Trova y que con mucha dedicación admiramos a Pablo Milanes.
El senador Uribe en su afán por simpatizar con su propia imagen de líder carismático se olvida de lo premoderno que ha dejado el país que por 8 largos años fue su primer ejecutivo. Las creencias de Uribe Vélez de luchar contra su enemigo público número uno, dejo grandes deudas a Colombia en su deuda externa. Millonarias sumas consumidas en helicóptero para llegar a los Consejos Comunales donde ganaba en audiencia popular, más no aumentaba el producto interno bruto nacional.
Para el senador Uribe la distribución de la riqueza es proporcional al mismo concepto feudal. El ejercicio de los paramilitares ni siquiera podría compararse al de las cruzadas medievales. Muertes, narcotráfico, ilegales posesiones de tierras, desplazamientos, enriquecimientos con dineros de la salud y una lista de denuncias por mencionar para no agotar esta breve reseña.
Lo moderno de Juan Manuel Santos, es la paciencia de haber sabido esperar su turno para gobernar. Su formación académica y su clase social, le permiten pensar desde ese buen refrito que logro modificar en la tercera vía. Modelo ingles con referente de cambio para congraciar con los países que facilitan ser más consecuente con las causas del contexto mundial. Lo moderno de Juan Manuel Santos es la postura pacifista, consiente de la realidad medio salvaje en que se encuentra un país dividido en la encrucijada de las ventas billonarias de cocaína y de dineros que entran al país inflando una economía que pierde en sus tierras dedicadas a la minería y al poco cultivo de productos que se pueden vender en los grandes mercados de la globalización.
Lo moderno de Juan Manuel Santos, es la capacidad de maniobra que le da a sus posturas en medio del acecho del premoderno senador que brota humo de cañon. Lo moderno del gobierno de Santos es la capacidad de procurar, tratar, modificar el atraso que ha generado un conflicto social entre los gobiernos centralistas y la Colombia de FARC-EP.
Las elecciones territoriales de Gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, juntas de acción comunal y ediles, serán la brújula que orientara el futuro de Colombia entre un expresidente amante del poder ausente y un presidente en ejercicio buscando avanzar en el país con medio siglo de conflicto armado. PREMODERNO URIBE, MODERNO SANTOS.