En vez de presentarle al Congreso un proyecto de ley de “inversiones forzosas”, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el presidente de Asobancaria, Jonathan Malagón, firmaron un “Gran Pacto por el Crédito” que, inicialmente, tendrá recursos por 55 billones de pesos, los cuales estarán dirigidos a sectores como el de vivienda, industria y manufacturas, agricultura y turismo, que serán respaldados por el Fondo Nacional de Garantías.

Jonathan Malagón manifestó que fue una conversación muy constructiva entre los bancos y el Gobierno.

El Presidente de Asobancaria dijo que es importante hacerles llegar sendos mensajes a diferentes sectores económicos y sociales en torno a este “Gran Pacto por el Crédito” que acordaron el Gobierno y los banqueros. El primero es para los sectores estratégicos.

El segundo mensaje fue para los inversionistas y los ahorradores, a quienes les confirma que los ahorros nunca han estado o estarán en riesgo: ni durante la idea de las “inversiones forzosas” ni ahora.

Y el tercer mensaje es para los colombianos, en general, a quienes les asegura que es posible llegar a acuerdos, como éste del “Gran Pacto por el Crédito”. Enfatizó que el diálogo no es una entelequia.

El presidente Petro anunció que este acuerdo reemplazará la necesidad de implementar una ley en el Congreso que obligue a las instituciones financieras a realizar inversiones forzosas, tal como se había discutido previamente.

Llegamos a un acuerdo de un incremento para estos sectores productivos de 55 billones de pesos en los próximos 18 meses. Es decir, una señora confeccionista de bluyines, de camisas, un señor productor de piña en la agricultura, una asociación de albañiles y de madres cabezas de familia de un barrio popular, un pequeño constructor en Colombia podrá recibir mucho más crédito del que antes se venía asignando”, dijo el Presidente.

Después de la pugnacidad generada por la propuesta de “inversiones forzosas” presentada por el presidente Gustavo Petro el pasado 7 de agosto de 2024, sentarse a la mesa, con respeto y cordialidad, permitió demostrar que -como lo dijo el Presidente de Asobancaria- el diálogo no puede asumirse como una entelequia, cuando los intereses generales presiden la búsqueda de acuerdos.