Margarita María Restrepo

Por: Margarita María Restrepo

No terminamos de digerir la noticia según la cual los máximos jefes de las Farc resultaron absueltos por el delito de reclutamiento forzado, cuando la brigada 17 del Ejército denuncia que los frentes 5 y 58 de las Farc reclutaron a seis niños en la región del Urabá.

No me cansaré de elevar mi voz de denuncia cada vez que la guerrilla o cualquier otro grupo armado ilegal cometa el delito de lesa humanidad de reclutamiento forzado de menores.

Esta es una práctica que se comete diariamente en nuestro país y el silencio frente a esta atrocidad termina por convertirse en cómplice de la misma. Las Farc se burlan de los colombianos al decir que no seguirán reclutando, pero diariamente vemos que sus frentes a lo largo y ancho del país reclutan a menores de edad para convertirlos en combatientes.

Hace pocas horas el Ejército adelantó una operación en el departamento del Putumayo enfocada en capturar a un cabecilla del frente 49 de las Farc. Una vez los miembros de la Fuerza Pública penetraron la zona, encontraron un campo de entrenamiento en el que había 11 niños reclutados hace menos de un mes.

Esos menores fueron reclutados forzadamente después de que las Farc anunciaran su supuesta voluntad de suspender el reclutamiento forzado de menores. Esto demuestra que la guerrilla continúa engañando al país y está valiéndose del proceso de paz para fortalecer sus estructuras criminales y continuar en la perversa práctica del reclutamiento forzado de menores.

Le hago un llamado al Gobierno Nacional para que en La Habana les exija a sus contertulios que cesen de una vez por todas el reclutamiento de menores. Así mismo, seguimos esperando que se nos diga dónde y cuándo será desvinculado el 100 por ciento de menores que hoy hacen parte de las Farc.

Este no es un asunto de declaraciones ni de titulares, sino de hechos. Los colombianos exigimos que cese de una vez por todas el reclutamiento forzado de menores. Que en adelante no sigamos registrando noticias dolorosas como estos reclutamientos que hoy estoy denunciando en el Urabá y en el Putumayo.