Carlos Mauricio Jaramillo

Por: Carlos Mauricio Jaramillo Galvis

De acuerdo con las autoridades locales, Medellín produce 1800 toneladas diarias de residuos sólidos que terminan en el  vaso Altaír II ubicado del relleno sanitario La Pradera, el mismo que tendrá una vida útil de 16 años pero que dependerá de la cantidad de material dispuesto, su compactación, la extracción de gases y lixiviados y otras variables de importancia.

A la fecha, en  La Pradera, hay más de 9.5 millones de toneladas de basura ubicados en dos vasos: La Carrilera, y La Música ambos ya clausurados pues han llegado a tu tope máximo para albergar más residuos.

Entonces ¿cómo se aprovechan todos esos residuos sólidos que produce Medellín? Expertos aseguran que aproximadamente un 15 por ciento de las basuras inorgánicas son recicladas, pero no hay datos de lo que pueda suceder con la fracción orgánica puesto que la administración municipal no visualiza el aprovechamiento de esta, muy a pesar de que la alcaldía y las autoridades ambientales cuentan con  programas educativos y pedagógicos en búsqueda de incentivar el reciclaje y que este se refleje en la disminución de materiales conducidos a La Pradera.

De acuerdo con la Federación Española de Municipios y Provincias, la gestión de los residuos urbanos ha evolucionado mucho en la última década ya que se cuenta con una buena dosis de legislación,  una avanzada tecnología para su recolección y tratamiento y, por supuesto, amplias facilidades para que los ciudadanos estén bien informados de tal forma que estas herramientas en su conjunto y en alianza con las autoridades locales, generen resultados más efectivos en cuanto al aumento del reciclaje, una mayor sensibilidad ambiental y un comportamiento más sensato por parte de la sociedad en cuanto a la disposición de sus residuos ya que esta es la responsable de hacer la separación selectiva y óptima.

Actualmente, muchos estudios realizados en el mundo entero advierten que se debe mejorar mucho en cuanto al manejo de los residuos sólidos, especialmente en lo que concierne a la información que se le ofrece a los ciudadanos, pues en muchas ocasiones es errónea, escasa y, en el peor de los escenarios, se comunica inadecuadamente.

Publicaciones como Recycling Directories: What Work, What Doesn’t , editada por la Fundación Americana 911 y que busca fomentar el reciclaje, afirma que incrementar los porcentajes de reciclaje tienen una relación directa con la forma como se le comunica a la ciudadanía sobre el tema en cuestión y que de no hacerse correctamente, la administración  pública se tropieza con ciudadanos desmotivados, confusos y acechados por un sin número de contenidos.

Si hacemos el ejercicio de buscar una herramienta virtual donde el ciudadano del común pueda establecer continuamente una comunicación fluida y asertiva con la administración municipal en materia de manejo de residuos, el ejercicio es fallido.  La administración pública  y las autoridades ambientales se limitan a emitir boletines informativos, documentos con la normatividad relacionada con el tema.  No hay canales de comunicación abiertos que le permita al ciudadano del común resolver inquietudes, gestionar quejas, ofrecer sugerencias y recibir apoyo institucional, lo que se traduce en una barrera inmensa que impide la retroalimentación entre  los interesados en el manejo de los residuos urbanos y los usuarios  si la información fluyera en doble dirección.

Urge la necesidad de que las autoridades locales y el operador del servicio cuenten con una página web dinámica y con ella se logre un contacto con el ciudadano para que este pueda encontrar de forma fácil información relacionada con los residuos, que a su vez, pueda interactuar con alguien a través de una ventana o casilla que ponga en contacto en tiempo real al usuario con las autoridades locales y el operador, estos lo oriente y resuelvan sus dudas. Por otra parte, que la información se agrupe y se categorice para que los usuarios al navegar a través de ella la encuentren fácilmente en el mínimo tiempo posible  (regla de los tres clics),  la entiendan y se la  apropien.

Con relación al lenguaje, este deberá ser comprensible para el público, o sea, sin términos muy técnicos con contenidos muy útiles, de gran relevancia y que permitan realizar todo un proceso de exploración a través de la página y que esta difunda un contenido de excelsa calidad, que se pueda divulgar y sea de del interés de los usuarios.

Coda: continuaremos en la entrega II