Agencia Virtual de Prensa –AVP-. El personero de Medellín, Rodrigo Ardila Vargas, lamenta que dos agentes de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá hayan presuntamente agredido con gas pimienta a un Defensor de Derechos Humanos de la Comuna 13, y golpeado a un menor de edad que lo acompañaba.
James Zuluaga, coordinador de la Mesa de Derechos Humanos de la Comuna 13, dijo en entrevista a Hora 13 que es objeto de persecución por parte de miembros de la Policía de este sector del Occidente de Medellín, por haber denunciado procedimientos inadecuados, abusivos y contrarios a la legalidad, como retener documentos y motocicletas de habitantes de la Comuna de manera arbitraria.
“La fuerza pública debe actuar de manera prudente, respetuosa y proporcional con todos los ciudadanos. Cualquier procedimiento tiene que estar ajustado a la Constitución y a la Ley, y debe ser absolutamente respetuoso de los derechos de los ciudadanos. Con mayor razón debe proteger a quienes defienden los derechos humanos y fundamentales de la comunidad”, recuerda el Jefe de la Oficina del Ministerio Público de Medellín.
Rodrigo Ardila Vargas dice que los defensores de derechos humanos se esfuerzan en promover y proteger los derechos humanos, sociales, civiles, políticos, económicos y culturales de la comunidad. Ellos son los veedores del cumplimiento cabal de la Constitución y las leyes, y juegan un papel fundamental en nuestro Estado Social de Derecho, en el que lo más importante es el ser humano y su dignidad.
“Los defensores de derechos humanos están siempre vigilando e informando a las autoridades competentes si hay procedimientos policiales arbitrarios, desproporcionados y abusivos; si hay amenazas a la vida, a la salud, a la educación, a los servicios públicos, a la libertad de circulación y a la discriminación; si los derechos humanos y fundamentales son amenazados por actores institucionales o al margen de la ley”, afirma el Personero, quien considera que estos líderes son tan importantes para la convivencia y la paz, que merecen mucho respeto.
El Personero de Medellín también aclara que los defensores de derechos humanos tienen, también, la obligación de acatar las normas y respetar los requerimientos que les hagan las autoridades militares, de policía y de tránsito, por ejemplo, porque su dignidad los convoca a ser ejemplo social de cumplimiento del ordenamiento jurídico.
Rodrigo Ardila está seguro de que el acompañamiento de los defensores de derechos humanos a la comunidad, además del respaldo a las investigaciones, son garantía de que las violaciones no se repitan.