Por: Diego Calle Pérez
Liliana Rendón le pidió al senador que la llevara de la mano a ser gobernadora. Él le puso la foto, pero algunos sectarios que acompañan el Centro Democrático no vieron en la concejal-senadora una buena candidata a la gobernación. Nunca se han vuelto a ver cara a cara y ahora son como dos desconocidos. Si te veo te doy en la cara, seguramente exclama la monita de Santa Rita de Ituango.
Todos los municipios son pequeños para el senador Uribe, los candidatos todos quieren la foto y el afiche y están convencidos que ya ganan sin trabajar por el voto día a día. Todos tienen el número en el tarjetón con el color rojo, amarillo, azul, verde y el vino tinto. Algunos hacen tanto ruido en sus campañas que despiertan a los muchos que duermen el sueño de ángeles y querubines del que se llamo Movimiento Compromiso Ciudadano.
Mucho ruido de alianzas entre candidatos. Mucho ruido de campañas con mensajes subliminales. Mucho ruido que está haciendo perder credibilidad a los candidatos. Mucho ruido del periódico el Colombiano que aprovecha la campaña para sacar las cuentas por cobrar. Tanto ruido electoral que hace perder el ritmo de las campañas en sus caminatas y en la entrega de la camiseta para el ruido por la calle, por el barrio, por la vereda, por el corregimiento.
Hay enojos y malos entendidos entre los mismos de las listas que luchan por el escaño en el concejo municipal. En algunas campañas hay ruido de publicidad política pagada en las emisiones de los espacios de televisión y radio. Algunas campañas le creen a las encuestas y se confían para el final.
Algunos de los candidatos a la alcaldía piensan en hacerse contar al lado del que más puestos puedan brindar y poder recobrar lo invertido en la campaña inicial. El candidato con más favorabilidad siente tanto ruido que asume que esos votos le ayudan a ganar. Con tanto ruido se van hacer contar hasta el final.
Algunos candidatos están saliendo del mareo del ruido que han hecho en la campaña que bien saben que no tienen nada. Hay cierta tristeza en la ciudad por tanto candidato que ofrece unos planes de gobierno para enriquecer más los grupos empresariales que se quieren adueñar de las cuentas del fisco patrimonio de la ciudad. Mucho ruido de partir la ciudad entre los que pagan el predial y los que viven de la caridad. Mucho ruido de los que quieren subir de estrato social por cuenta de la campaña electoral. Mucho ruido por bajar, sin terminar el mandato, al alcalde elegido para gobernar. Mucho ruido en las estaciones cercanas al metro.
Mucho ruido en las calles de Belén con tres candidatos que todos dicen ser de la comuna grande de la ciudad. Mucho ruido con mentiras y promesas utópicas. Mucho ruido de conjeturas sin fundamento electoral. Mucho ruido de avales y de comprometidos en la lista a colocar los votos necesarios para contar el próximo 25 de Octubre, el esperado ruido electoral. El definitivo, el final.