¡PLOP, CANNABIS!

Por: Francisco Galvis Ramos

El pasado no perdona, tampoco el presente, ni el estrecho margen que separa el 2014 y de ello dan avances las encuestas, como la de DATEXCO divulgada del 18 de este febrero, para mayores veras contratada por la gobiernista www.wradio.com.co, que dice a las claras que el 60.48% de los colombianos rechazan la eventual reelección del presidente Santos. ¡Merecido!

Con margen de error del 3.10%, fueron indagados 1.000 hombres y mujeres de todas las condiciones socioeconómicas mayores de 18 años, en Bogotá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Manizales, Montería, Neiva, Pasto, Pereira y Villavicencio. En las áreas rurales la cosa podría estar peor con la reactivación de las FARC y la consecuente suerte impróspera que corren transportadores, viajeros, agricultores y ganaderos.

Las demás calificaciones guardan relación directa con aquella debacle, veamos.

 

Puntualmente y en orden descendente: el 76,70% aprecia que la guerrilla de las FARC “no tienen intenciones legítimas de llegar a un acuerdo de paz”; el 68.19% reprueba la gestión contra el desempleo; el 67,56% estima que la cuestión del paramilitarismo está siendo mal manejada; el 67.34% no cree que el actual proceso conduzca a la paz; el 63,70% desaprueba la gestión en salud; el 53.43% considera que la seguridad empeora; el 52,87% desaprueba la manera como Santos maneja los diálogos; el 51,66% rechaza la forma como el Gobierno enfrenta el problema de la corrupción; el 51.09% cree que Colombia va por “mal camino”; la imagen desfavorable de Santos se agudiza llegando al 43.77% contra el 39.80% de noviembre pasado.

Pareciera paradójico que esté de acuerdo con el senador Juan Carlos Vélez Uribe cuando, respecto del anterior panorama, dijo que “…  el uribismo puede ganarle a Santos en las próximas elecciones…” y, a la vez, con el senador Roy Barreras quien manifestó que “… Santos ni necesita, ni puede, ni quiere cambiarse de partido…”. Tiene razón ‘pitufo’, Santos regalado es caro. Que lo deje para él solamente.

No obstante la contundencia de los pronunciamientos, a la pregunta de si aprueban o no el  manejo que Santos le da al país, las respuestas reportan empate técnico: el 46,6% desaprueba, el 43,30% aprueba; también la educación da empate: el 48% aprueba, el 44.97% desaprueba. Lo medio ambiental reportó ganancia con aprobación del 48.52% y desaprobación baja, quizás porque se trate de una gestión próxima a la clandestinidad.

Y la destorcida en el nivel nacional no para ahí.

El Congreso de Colombia continúa como el órgano peor calificado, con el 63,24% de rechazo; la imagen favorable de la Procuraduría General de la Nación descendió del 35,84% al 31,71%; se rajan la Contraloría General de la República con imagen favorable de tan solo el 42,75% y la Fiscalía General de la Nación con menguada imagen favorable del 42,12%.

Y nótese que la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional tienen imagen favorable del 36,83% y el 38,53%, comprensibles dados el clientelismo, los carruseles, las moras y los desaciertos que de estas se han denunciado. Incomprensible que se hayan excluido otras Corporaciones judiciales que, de ninguna manera, podrían considerarse el Arca de Noé en medio de semejante diluvio.

Digno de tenerse en cuenta que sean las instituciones de la Fuerza Pública las que, una vez más, se salvan en la memoria agradecida de los colombianos, así el presidente Santos mantenga a sus miembros con el credo en la boca, mal remunerados y a merced de jueces mamertos.

En conclusión: lo que dicen los resultados es que el país viable que legó Álvaro Uribe Vélez está de nuevo en el despeñadero; que el Estado está otra vez fallido; que el establecimiento no es creíble, ni confiable; que las tres Ramas del Poder Público se tornaron ilegítimas; que, menos la moneda, en Colombia todo esta devaluado, hasta la restregada Constitución. Estamos ante una hecatombe, la sociedad a punto de implosionar.

Todo nace de una deslealtad con los mandatos del pueblo. Las mañas de la clase gobernante han corrompido los buenos usos políticos, las buenas costumbres morales.

Tiro al aire: de Carlos Gardel para Juan Manuel Santos: “… Ahora, cuesta abajo en mi rodada las ilusiones pasadas no me las puedo arrancar…”