Por: Edwin Alejandro Franco Santamaría
Definitivamente a Santos, igual que le ocurrió a Samper, el elefante se le metió a la casa y no se dió cuenta, pero como no somos bobos, así como a Samper, no le creemos y quiere nadar contra la corriente, contra la evidencia, que ya es mucha y muy contundente. Para empezar, hay que recordar que el ex senador Otto Bula Bula dijo que él le había entregado a Andrés Giraldo un millón de dólares, que la multinacional Odebrecht le habría hecho llegar por su intermedio a la campaña de Santos, de lo cual el presidente dijo que no había una sola prueba, como si la declaración de Bula no fuera suficiente. A los pocos días el mismo Bula envió una carta retractándose de lo que había dicho, lo que puso más contento a Santos, pero resulta que las retractaciones, desde el punto del derecho probatorio, para que sean acogidas, tiene que haber un motivo muy poderoso para pensar que lo que se dijo inicialmente no es verdad, y además, porque en estas materias la experiencia general enseña que la primera versión es la que se corresponde con la verdad y hasta ahora, que se sepa, la retractación de Bula no pasó de ser una declaración escueta sin más, lo cual nos lleva entonces a que la primera versión es a la que debemos atenernos. Luego se habló de un millón de dólares que la misma multinacional habría pagado por una encuesta para tratar de beneficiar a Santos cuando aspiraba a ser reelecto, han tratado de hacer ver como poca cosa ese episodio, pero tiene tanto de largo como de ancho como para pensar que no vale la pena, tanto si se le mira de manera aislada, como si se le suma al anterior millón de dólares, la cosa se muestra distinta. La semana pasada, como para que no quedaran dudas, se supo de otro aporte de 400.000 mil dólares para costear dos millones y medio de afiches para la campaña de 2010, en total dos millones cuatrocientos mil dólares que ya nadie duda entraron a la campaña de Santos. Para qué Odebrecht hizo este aporte? Pues para nada distinto que para quedarse con contratos billonarios. Frente a tanta contundencia el presidente, más descarado y cínico que Samper, viendo que ya no se puede negar tanta evidencia, dijo que a la multinacional en su gobierno le fue como a los perros en misa, pero resulta que en su gobierno esta multinacional recibió más de mil millones de dólares en contratos. Para que no queden dudas de los aportes a las campañas de Santos y de que sí había interés en quedarse con contratos, como efectivamente sucedió y de que tenían personas haciéndoles lobby, en los registros y bitácoras de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), aparecen varias visitas de Roberto Prieto, gerente de las dos campañas de Santos a la presidencia; de Andrés Guillermo Giraldo Rivera, que fue a quien Prieto envió para que recibiera el millón de dólares que Odebrecht le envió a la campaña por intermedio de Otto Bula, y de Bernardo Miguel Elías, el senador cordobés que le puso una cantidad importante de votos al actual presidente, quienes averiguaron por las obras que se habían entregado a se iban a entregar a la multinacional brasileña, se trató nada más y nada menos que de visitas de gente muy cercana al presidente que indagaba sobre los contratos para Odebrecht y ahora nos vienen a decir que nada sabían y que no pasó nada, de tal manera que si todas estas fichas se juntan, y quién sabe cuántas más faltan, el rompecabezas va dando forma y va quedando claro lo que todo el mundo sospecha.
A Santos le va a quedar muy difícil seguir cabalgando sobre el caballito de que en su gobierno no ha habido funcionarios señalados de corrupción y menos en la cárcel o prófugos como en el gobierno anterior. Están en la mira Prieto y Giraldo, que si bien no fueron funcionarios, sí manejaron las campañas; el director de la ANI, Luis Fernando Andrade y otros funcionarios de esta agencia; las ex ministras y compañeras sentimentales, Gina Parody y Cecilia Alvarez y un funcionario del Banco Agrario, y con los días se sabrán más cosas y habrá más involucrados, por mucho que Santos lo niegue. Como van las cosas, tendrá que dejar de ver la paja en el ojo ajeno y ocuparse de la viga que hay en el suyo, que es bien grande.