Por: Margarita María Restrepo
Primer caso: el ex ministro de agricultura y precandidato presidencial Andrés Felipe Arias es vinculado a un proceso penal por haber adelantado un proyecto ambicioso que logró que un millón de hectáreas que no eran productivas pudieran sumarse al total de tierra cultivable de Colombia, beneficiando a miles de familias campesinas pobres.
El proyecto, que fue aprobado por el Congreso de la República, estuvo administrado por una entidad adscrita a la OEA. Desde hace más de 40 años los ministros de agricultura habían venido suscribiendo convenios con esa entidad, incluidos los del actual gobierno. No obstante, Arias, que se perfilaba como seguro candidato presidencial del uribismo para las elecciones de 2014, terminó condenado a más de 17 años de cárcel.
Segundo caso: Luis Carlos Restrepo, un hombre que ha entregado su vida a buscar caminos de reconciliación entre los colombianos, respetado en los ámbitos académicos de la psiquiatría y considerado como uno de los hombres mejor formados en materia de paz que tiene Colombia.
Logró como Alto Comisionado para la Paz del presidente Uribe la desmovilización de más de 30 mil hombres de las extintas AUC. Aunque muchos “expertos” dicen que una paz con cárcel es imposible, el doctor Restrepo logró conducir a los responsables de crímenes de lesa humanidad a una prisión. Apoyada en testigos mentirosos –que en el camino han venido retractándose- la Fiscalía General de la Nación le inició un proceso por una falsa desmovilización de guerrilleros. Hoy está en el exilio.
Tercer caso: Luis Alfredo Ramos, un experimentado dirigente del uribismo que ha ocupado los más altos cargos de la política. Como gobernador de Antioquia demostró su capacidad administrativa, convirtiendo a Antioquia en un ejemplo de progreso en todas las áreas. Tenía todos los merecimientos para ser ungido como candidato del Centro Democrático a la presidencia.
Cuando su nombre empezó a posicionarse, la Corte Suprema ordenó su captura y estructuró un proceso penal con base en un testigo que al cabo del tiempo reconoció que mintió por presiones del declarado enemigo del uribismo, Iván Cepeda quien, según el testigo, le dio una abultada suma de dinero a cambio de su embuste. A pesar de ello Luis Alfredo Ramos, insólitamente continúa privado de la libertad.
Cuarto caso: María del Pilar Hurtado. Mujer con trayectoria en la administración pública. Inició su carrera burocrática con Enrique Peñalosa. En el gobierno de Álvaro Uribe ocupó varios cargos administrativos. Llegó al DAS, primero como sub directora y luego fue designada en la dirección de esa entidad. Todas sus gestiones al frente del organismo fueron con apego a las leyes.
La acusan de haber ordenado unas interceptaciones ilegales, las cuales no se conocen. En 2010 salió al exilio en Panamá. En tres oportunidades Interpol negó circular roja en su contra pues era evidente que el suyo era un caso que connotaba una persecución política. Tal fue la presión del gobierno y del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, que Interpol terminó cediendo ante ellos.
Hoy Pilar Hurtado está detenida en las instalaciones de la Fiscalía, la entidad encargada de investigarla, de acusarla y últimamente de hacerle ofrecimientos para que, a cambio de fantasiosos e imposibles beneficios judiciales, incrimine a otras personas por las supuestas interceptaciones ilegales.
Quinto caso: La campaña presidencial del Centro Democrático fue víctima de una sofisticada operación de infiltración. Un experto en manejo de redes sociales –herramienta fundamental en la política contemporánea- ofreció sus servicios. Una vez vinculado puso en marcha el plan de desestabilización. Hizo interceptaciones ilegales que luego presentó como si éstas hubieran sido ordenadas por los directivos de la campaña.
Muestran, como prueba reina del supuesto ilícito, el pago de unos honorarios profesionales, lo cual es una soberana insensatez. Nadie que recurra a los servicios de un criminal va a dejar registro de los pagos en la contabilidad oficial de su campaña presidencial. El Fiscal General se ha encargado de filtrar a los medios de comunicación partes incompletas de la investigación con el claro objetivo de desfigurar la imagen de Óscar Iván Zuluaga, de su hijo David y de Luis Alfonso Hoyos. Ha sido a través de los medios como la Fiscalía ha adelantado este proceso investigativo. La tramoya surtió efecto, pues facilitó el triunfo de Juan Manuel Santos en la segunda vuelta.
Sexto caso: El ex presidente Uribe junto a 4 congresistas que integran la bancada del Centro Democrático solicitaron permiso para ausentarse de Colombia con el fin de atender una agenda de reuniones de alto nivel en la ciudad de Washington. El Gobierno, temeroso de que el mundo conozca de primera mano los argumentos que tiene el uribismo para estar en desacuerdo con la manera como se está llevando el proceso de paz con las Farc y los pormenores de la persecución política que se ha desatado contra el Centro Democrático, ordenó que no se les concediera autorización para efectuar el viaje.
En un país con el que Colombia tiene frontera al oriente de su territorio pasa exactamente lo mismo. Los dirigentes de la oposición son encarcelados u obligados a partir hacia el exilio. Los periodistas críticos son silenciados, los ciudadanos que no respaldan al régimen son catalogados de enemigos de la patria. La justicia es utilizada como herramienta para la vindicta política y los empresarios son chantajeados: o respaldan al supremo gobernante o se olvidan de sus negocios.
En ese país, se dice: la democracia fue desplazada por un régimen dictatorial…