“El Secretario de Gobierno de Medellín confirma que las supuestas paz y tranquilidad vividas durante la alcaldía de Sergio Fajardo se debieron a pactos internos con jefes paramilitares” Así, con vehemencia, lo acaba de aseverar el Concejal Nicolás Alveiro Echeverry en el recinto del Concejo de la Ciudad.
Es de extrema gravedad para la ciudad y Colombia que, quien maneja la seguridad de Medellín y miembro de su propio grupo político, confirme que el ex Alcalde Sergio Fajardo estuvo en pactos clandestinos con delincuentes para maquillar los índices de violencia de la ciudad.
Son ya muchos los testimonios de grandes personalidades, no de delincuentes, sobre los pactos clandestinos entre Sergio Fajardo y los Paramilitares, lo cual exige claridad absoluta sin descalificar a quien la exija.
Luis Carlos Restrepo, Consejero de Paz de Colombia (2008), manifestó en El Tiempo. que se distanció de la alcaldía de Fajardo, y tuvo choques con él, porque le daba mucha interlocución a JOB y al grupo de Don Berna y por eso no acompañó el proceso de paz de Medellín.
María Jimena Duzán en la Revista Semana (2009) asegura que FAJARDO mantuvo pactos tácitos con ilegales para mantener la tranquilidad de la ciudad a cambio de no perseguir a los delincuentes.
El Escritor Reinaldo Spitaletta, en El Espectador (2009), dice: “Por aquellos días no era extraño que en determinadas comunas de la ciudad la muchachada dijera que en rigor el alcalde no era Fajardo sino Don Berna”
La revista Periferia, luego de entrevistar a CORPADES y a otros analistas urbanos, 2009, asegura: “Se llevaron a cabo procesos de contratación con la alcaldía de Fajardo. Contratación en la que, según estudios preliminares que están adelantando algunas organizaciones de la ciudad, se presentó un inmenso desvío de recursos tanto para compra de armas como para el montaje de nuevas plazas de vicio”
Asimismo, Medellín Sangre Joven, 2009, asevera: “Desde los tiempos de Sergio Fajardo se vive una calma “chicha”, es decir, falsa. El control paramilitar en el centro y en los barrios populares prosiguió, pero además multitud de bandas prosiguieron con las suyas.”
Y el Presidente Álvaro Uribe en el Consejo Comunal de Envigado, titulado en primera página por los diarios colombianos, manifestó en tono enérgico, que en Medellín se estaban maquillando las cifras de criminalidad y que se le estaban diciendo mentiras al país.
Y así, son muchas las voces serias y dignas de Colombia que aseguran que hubo pactos ilegales entre el exalcalde Sergio Fajardo y los Paramilitares, a escondidas. Son testimonios de personalidades, no de criminales.
Se necesita la verdad. Medellín no puede ser la capital de la hipocresía. La hipocresía es el acto de fingir cualidades e ideas que en realidad no se tienen. Se refiere al que pretende o finge ser lo que no es.
La palabra hipócrita viene del teatro y significaba hablar cubierto con una máscara. La máscara era lo importante y no lo que está detrás de la máscara. Un actor disponía de varias máscaras y de varias personalidades. La gente no conocía al ser humano que estaba detrás de la máscara, conocía sus máscaras y con ellas se relacionaba. Los hipócritas actúan con una máscara y la máscara legaliza su falsedad.
La hipocresía es toda una ciencia. Tiene reglas exactas, opera con procedimientos precisos. Hace lo legal y lo ilegal para no ser descubierta. Y para que tenga éxito, exige obrar con sincera falsedad.
La ciudad está en el dilema de las máscaras. O grandes personalidades con sus testimonios le mienten al país sobre los presuntos pactos de Sergio Fajardo con delincuentes, o Sergio Fajardo engañó a la ciudad y a Colombia.
Ahora que se ha hecho público que el Secretario de Gobierno de Medellín confirma que SI hubo pactos clandestinos de Sergio Fajardo con ilegales, es urgente que se sepa una verdad histórica.