Rodrigo Pareja

Por: Rodrigo Pareja

Así pueden denominarse los que ahora está pasando el gobernador saliente, Sergio Fajardo, quien pretende que en solo  nueve días los cinco grandes distribuidores de licor que tiene la Fábrica de Licores de Antioquia, le compren a la FLA algo más de doce millones de botellas.

Para que se cumplan sus pretensiones, el gobernador Fajardo ha salido – en un tono más histriónico que realista – a decir que si eso no ocurre el departamento de Antioquia terminará la actual vigencia con un déficit de $130 mil millones de pesos.

Por lo que se explicará más adelante, hay que asumir que el déficit o faltante al que alude el mandatario saliente  es el relacionado con los ingresos previstos por la venta de licores,  y no por la ejecución total del presupuesto en la vigencia próxima a expirar.

Se hace la aclaración porque el gobernador Fajardo mencionó también en su patética aparición ante los medios, que él había recibido la gobernación con un déficit de $83 mil millones, haciéndolo aparecer como resultado general de la gestión que terminaba en el 2011 su antecesor Luis Alfredo Ramos Botero, lo que no es cierto de ninguna manera.

Al respecto vale la pena reproducir textualmente al Ministerio de Hacienda en lo que llamó “ Balance Financiero”, referido al ejercicio presupuestal del 2011 en Antioquia:

“Aunque los recaudos efectivos de la vigencia 2011 ($2.941.610 millones) resultaron inferiores en $26.868 millones a los gastos comprometidos durante el mismo período (2.968.478 millones), los recursos disponibles de vigencias anteriores (recursos del balance por $369.397 millones) le permitieron cubrir la diferencia y cerrar con un superávit fiscal de $342.539 millones. Adicionalmente, teniendo en cuenta que la entidad aumentó su endeudamiento neto en $166.899 millones con el sistema financiero (tuvo desembolsos del crédito por encima del pago de amortizaciones, el cierre presupuestal de la vigencia fue superavitario en $509.438 millones”.

Hay que asumir, entonces,  que el déficit de $130 mil millones que se presentaría al finalizar el año si los cinco grandes distribuidores de licor no compraron desde el pasado 22 de diciembre los doce millones de botellas que anhela el gobernador, corresponde al menor recaudo por la venta de estos tragos amargos y no a la ejecución presupuestal de la vigencia, propiamente dicha.

Si esta es la realidad, como parece serlo, el entrante gobernador, Luis Pérez Gutierrez tendrá que hacer frente a ese déficit, tal cual lo hizo Fajardo con el de $83 mil millones que heredó de su antecesor Ramos Botero, sin que nadie hubiese registrado un cataclismo ni Antioquia hubiera dejado de existir.

Simplemente hay que aceptar que esa es la realidad cada que hay un cambio de administración y que el gobernador que sale – en concepto del diputado, Adolfo León Palacio Sánchez – no puede dedicarse en un mes o en una semana a hacer la tarea que no hizo en sus cuatro años de gestión.

Hay que puntualizar también que Palacio Sánchez es el dirigente político que mayor tiempo ha dedicado en los últimos años a hacerle seguimiento a la Fábrica de Licores de Antioquia y a su manejo, dentro del cual ha denunciado una serie de irregularidades hasta ahora no suficientemente aclaradas por su administración.

Con su salida y sus afirmaciones el gobernador Fajardo lo que está creando es una especie de pánico financiero,  conceptuó el diputado Palacio Sánchez, quien agregó que no puede el actual mandatario tratar de mejorar sus índices de gestión aprovechándose de dineros que son de otros, vale decir en este caso concreto, de la próxima administración.

Por otra parte, y aunque el asunto pueda no ser bien visto por algunos, la distribución de licores es un negocio que deja pingûes ganancias y ninguno de los actuales distribuidores va a preferir distanciarse de su nuevo patrón en los próximos cuatro años, para seguirle la corriente a alguien que ya va de salida.

Además, tendrán en cuenta, claro, que actualmente en el interior de la FLA, esos mismos distribuidores tienen licor de su propiedad ya facturado, por valor de $230 mil millones de pesos.