Por: Vidal Vivas Granados
Mi día comenzó con el siguiente diálogo, desde cualquier lugar remoto del País, desde el servicio de hospitalización:
- Ella: Buenos días Vidal. ¿Cómo amaneciste?
- Yo: muy bien! Con ganas de irme para la casa ya.
- Ella: aun no te puedes ir Vidal. Hasta que no sepamos lo que tienes, NO te puedes ir. Te sientes mejor por los medicamentos que te hemos aplicado, pero necesitamos diagnosticarte con precisión y tener la certeza de que vas a estar bien.
- Yo: muchas gracias, médico. Usted es la que sabe!
No le alcancé a decir a ella, ni a los demás médicos, enfermeras, profesionales de la salud, personal de servicios generales que de forma integral me han prestado un maravilloso servicio tanto a mi como a los demás pacientes que hemos llegado con falencias de salud aquí, y en términos generales a todos las instituciones prestadoras de salud del País, que muchas gracias por lo que hacen por nosotros los pacientes. Muchas gracias por devolvernos la vida, cuando la enfermedad y los virus no las halan hacia la muerte. Gracias por resucitarnos del más alla. Gracias a todos ustedes creemos en los milagros o certezas de la ciencia.
La gente de este País nos merecemos los buenos médicos, enfermeras, profesionales de la salud, vigilantes y personal de servicios generales como ustedes, que nos atienden en las IPSs; nos merecemos todos sus buenos gerentes y personal administrativo, que trabajan alineados para prestar un mejor servicio a todos sus pacientes.
No nos merecemos algunas EPSs negligentes que aun el Estado no ha querido liquidar. Esas EPSs que no tienen alma para negar la autorización de exámenes y tratamientos que requieren los pacientes para preservar sus vidas. Esas EPSs que no le pagan puntual a las IPSs, hospitales y que no contratan en algunos territorios, los servicios conexos que requieren sus pacientes.
Al final, pese a las cosas malas de algunas EPSs, en este país nos salvan la patria, ustedes la gente que trabaja en el sector de la salud, en las IPSs y hospitales que sí tienen demasiado Corazón con la causa de atender bien a sus pacientes.
Me sueño un país donde se invierta más en la salud que en la guerra, para que a los ministros de defensa y ciudadanos, en general, no los sigan matando los virus y las enfermedades, que son los verdaderos enemigos internos y transnacionales, en un mundo donde las enfermedades y virus son más que los grupos terroristas y al margen de la ley.
¡Gracias gente del sector salud que hacen lo que tienen que hacer por sus pacientes en todo el territorio nacional!