Al concejal Nicolás Albeiro Echeverri Alvarán le preocupa el pésimo manejo que se le está dando al Número Único de Seguridad y Emergencia de Medellín -1,2,3-. Dice que se está dejando de utilizar eficientemente un recurso que en la mayoría de las ciudades grandes del mundo, se ha convertido en una herramienta fundamental para la seguridad ciudadana y para la salvación de muchas vidas.
“Que la Contraloría General de Medellín haya encontrado que sólo un millón 200 mil llamadas -de las 14 millones que anualmente entran al sistema- requieran realmente un servicio de emergencia, es una verdadera lástima”, asegura el concejal Echeverri Alvarán. Lamenta que casi 13 millones de llamadas se pierdan, que no entren a hacer parte del eje articulador de las entidades encargadas de la vigilancia, la seguridad y el orden público de la ciudad, precisamente en momentos en que la inseguridad se ha convertido en uno de los más preocupantes problemas de Medellín.
De acuerdo con el informe de la Contraloría, es necesario sensibilizar a la ciudadanía, especialmente a los niños, para que comprenda la importancia social y vital de la Línea 1,2,3, y la use adecuadamente. Pero, también, es urgente que Metroseguridad –que es la entidad encargada de su administración- y los demás organismos de seguridad y socorro que deben responder a los llamados de auxilio de la comunidad –como la policía, el tránsito, el SIMPAD y los bomberos-, capaciten y profesionalicen a sus funcionarios.
El concejal Nicolás Albeiro Echeverri espera que contrario a lo que ha venido pasando con la Línea de Emergencia, la Administración Municipal debe hacer lo posible por potencializar el uso efectivo del máximo porcentaje de las 21 millones de líneas, que es la capacidad anual instalada. “Como dice la Contraloría, hay que utilizar al máximo la plataforma tecnológica que tanto podría aportarle al mejoramiento de la seguridad en Medellín”, afirma el Concejal.
El Corporado Conservador presenta su inquietud ante el Concejo en pleno, la Administración de Medellín y Metroseguridad, en particular, para que juntos definan las estrategias de comunicación, de educación y hasta de coerción necesarias, que permitan el uso debido y efectivo de la Línea de Emergencia 1,2,3.
