Este es el propósito que debe perseguir el Gobierno Nacional, según la vicepresidente de Colombia, Marta Lucía Ramírez: además de aplanar la curva de contagio del coronavirus, dice que es necesario aplanar la creciente curva del desempleo, inherente a la decisión de aislar a los colombianos preventiva y obligatoriamente hasta el 27 de abril y, tal vez, más allá en el tiempo.
Marta Lucía Ramírez espera que la pobreza no crezca con el desempleo, y para ello está convocando a las empresas del sector textil – confección para que se encarguen de la producción de los elementos de bioseguridad para la protección del personal médico y del sector de la salud, tan comprometido con la atención de pacientes del Covid-19, pero, al mismo tiempo, tan expuesto al contagio debido, precisamente, a la carencia de elementos de bioseguridad, como lo han venido manifestando algunas agremiaciones médicas y del sector de la salud.
La Vicepresidente de Colombia plantea que en el País hay 9.000 empresas de confecciones que generan más de 800 mil empleos, de los cuales 550 mil son generados por las pequeñas y medianas empresas. Está convencida de que estas empresas serán capaces de producir más de 20 millones de tapaboca, más de 500 mil batas, además de los gorros, polainas, guantes y todos los elementos de bioseguridad que garantizarán la cobertura nacional y, seguramente, con posibilidad de exportación a Centro América y el Caribe.
La vicepresidente Marta Lucía Ramírez invita a las pequeñas y medianas empresas de confecciones a ingresar a la Página de la Presidencia de la República e inscribirse a la convocatoria, por supuesto, cumpliendo con las exigencias y normas del INVIMA y del ICONTEC.
Así –está convencida la vicepresidente Ramírez- va a ser posible aplanar la curva del desempleo y contener la pobreza que se cierne de la mano del aislamiento preventivo obligatorio, que tal vez no culmine el 27 de abril.